martes, 31 de mayo de 2011

Las tácticas del PSOE


El otro día me quedé más estupefacto si cabe cuando oí en la televisión en qué ha quedado la renovación que van a realizar en el Partido Socialista Obrero Español.
Han recibido un varapalo enorme en las últimas elecciones, en las que muchos votantes han confundido la verdadera naturaleza de las mismas: elegir munícipes y dirigentes autonómicos, con unas primarias del Estado central. Así han castigado al PSOE con una bajada de votos que estima iba dirigida directamente a Zapatero, de forma que se le ha dicho: No nos gusta lo que has hecho, no nos gustan las personas que has elegido como candidatos, no nos gusta la gestión que has hecho de la crisis que nos aqueja porque primero la negaste, luego nos vendiste la idea de que seríamos los primeros en salir de la crisis, después ya veías los brotes verdes... y así un sinfín de tomaduras de pelo que el electorado no le ha perdonado.
Pero estas tomaduras de pelo y su inactividad frente a la crisis no ha sido atribuible solo a Zapatero sino a todo su gobierno por lo que al ver las reivindicaciones de Patxi López, Fernández Vara, Barreda... pensé que iban a remodelar el partido, pedir responsabilidades políticas a los causantes de la debacle y enderezar el rumbo intentando llevar el timón hacia nuevos horizontes pues el camino que han recorrido hasta ahora en esta legislatura les ha llevado al fracaso.
Y he nombrado la inactividad porque casi todas medidas que se han tomado como paliativo a la crisis han sido un revival de la normativa que ya existía. Ninguna disposición realmente nueva. Se podían haber tomado muchas pero no se ha hecho, y las que se han tomado han sido un revulsivo para las clases trabajadoras pues el coste de la crisis se ha hecho recaer totalmente en ellas. Para postre, se nombra Ministro de Trabajo a un hombre gris donde los haya que salió a reivindicar con los Sindicatos la necesidad de que no se tomaran las tan anunciadas medidas –que no originales ni nuevas- pero que no las ha desactivado cuando ha llegado al poder sino que las ha bendecido con su presencia en el Gobierno.
Sin embargo pronto dejaron de pedir cambios o congresos los socialistas disidentes. Se han conformado con suprimir las primarias para elegir el candidato que quieran las bases limitándose a que Zapatero señale con el dedo a su sucesor, Rubalcaba, –del que no hago ninguna valoración, únicamente lo señalo como corresposable de lo que ha pasado y que les ha llevado a la hecatombe electoral- , no les he visto realizar un examen escrupuloso para detectar todo aquello que sobra o falta en su partido y su único golpe de timón ha sido cambiar una cabeza visible por otra que ya, de facto, gobernaba.
No soy adivino y no sé qué pasará al año que viene cuando se tengan que convocar las generales pero mucho me temo que el resultado que obtengan sea peor que el de ahora. Aunque si bien se piensa es lo que les conviene. Si estuviera en mi mano, convocaría elecciones ya a sabiendas de que voy a perder el gobierno, porque la crisis, contrariamente a lo que nos informan, se va a instalar entre nosotros varios años más y o se toman medidas muy drásticas o no se hace nada y ambas cosas tienen un coste electoral grande que bajaría todavía más mi popularidad. Después de cuatro años en la oposición dejando que sea el partido ganador el que decida entre hacer lo que se debe o no hacer nada y yo desgañitándome señalando su errores –es lo único a lo que nos tiene acostumbrados la oposición- volvería a la escena política con la depresión económica a punto de finalizar. Quizá no lo han pensado pero sería lo que más les convendría.
Saludos a todos y que Dios nos coja confesados...

sábado, 21 de mayo de 2011

Gracias jóvenes del 15-M



Antes de comenzar, querría tener unas palabras de apoyo para los damnificados de Lorca. Han pasado ya varios días desde las visitas de príncipes y jefes de gobierno y desearía que todas sus promesas se hicieran realidad lo más pronto posible y en los mejores términos. Adelante Lorca.
Y ahora quisiera centrarme en la revolución pacífica del 15M llevada a cabo por nuestros jóvenes en España y que ya hemos exportado a otros puntos del planeta.
Hay cosas que nos reconcilian con la Humanidad y esta ha sido una de las que ha tenido ese efecto para mí. Me emociono cuando veo las imágenes de esa juventud que por fin ha salido a la calle hartos de aguantar los despropósitos que desde todos los estamentos tenemos que soportar los ciudadanos. Ánimo, jóvenes del 15-M. No podemos desfallecer. Habéis hecho lo más importante que es prender la llama; de nosotros depende que este movimiento pacífico y dialogante comience a cambiar las cosas en nuestro país.
Me he preguntado muchas veces dónde estaba la juventud batalladora, ilusionada, revolucionaria, la que quiere cambiar el mundo, la que no ve ningún escollo en pedir lo imposible... porque la juventud tiene que ser así, debe sentirse con la fuerza suficiente para cambiar el mundo con solo su deseo. Ya creía que la juventud había cambiado su forma de ser y que revoluciones como el Mayo francés no serían posibles pero, gracias a Dios, me equivoqué, y esa juventud por la que yo suspiraba ha salido a la calle creyendo en ellos mismos y en todos los ciudadanos de a pie, creyendo en la fuerza que las personas normales podemos llegar a desplegar y que tienen que hacer reflexionar a todos los que detentan algún nivel de poder hasta que cambien su forma de hacer o dimitan.
Nuestro sistema está periclitado, no sirve, la putrefacción se puede sentir a kilómetros de distancia, se ha prostituido y todo aquello que se ideó como mejor para el bienestar de la gente se ha vuelto contra el pueblo, el cual ha sido utilizado para intereses particulares y partidistas hasta la saciedad. Tiene que haber una alternativa al sistema capitalista y al comunista pues ambos han demostrado que no pueden mantenerse por mucho tiempo. Acaban falseados y al servicio de intereses espurios. Nuestra escala de valores está haciendo aguas y debemos reinventarla. Basta ya de valores como poder y dinero. Basta ya de aparentar lo que no se es. Basta ya de aguantar a tipos imputados, acusados y condenados. Basta ya de que todos los políticos de cualquier tendencia quieran aprovecharse de vuestra fuerza. Basta ya de falsear las intenciones. Basta ya de que la gente se mueva por mecanismos viscerales sin que sus decisiones estén gobernadas por sano juicio crítico. Basta ya de engaños. Basta ya de que otros creen una mentira económica y desde el poder se les subvencione para que sigan teniendo beneficios y se cargue la crisis a las personas de base que nunca pudieron influir en lo que ha pasado. Basta ya...
Jóvenes del 15-M, os agradezco profundamente lo que estáis haciendo. Nos corresponde a todos pero los jóvenes debéis ser quienes llevéis la batuta. El mundo se ha quedado sorprendido de vuestro pacifismo, de vuestro buen hacer, de la razón que lleváis. Salvadnos, por favor. Solo vosotros podéis hacerlo. Y resistid porque tenéis las de ganar. Quien os desaloje de donde estáis os convertirá en mártires y, por ello, con más adeptos, así que no lo hará nadie. Nadie, ningún gobierno municipal, autonómico o estatal se atreverá a interrumpir vuestra protesta porque todos conocen el coste que tiene dicha intervención. Pero sed cautos porque todos quieren apuntarse vuestra protesta en su haber sin darse por enterados de que la misma va dirigida en todas direcciones por igual, que queréis un cambio axiológico que nos haga mejores, que nos haga crecer como personas. Que nadie capitalice vuestro trabajo porque lo vuestro ha sido un movimiento espontáneo y serio, respetable porque respetáis, intrínsecamente bueno por vuestras pretensiones, justo porque habéis reventado después de mucho anguantar, loable porque alguien tenía la obligación de hacerlo, esperanzador porque muchos se os están uniendo y eso quiere decir que representáis intereses humanos universales...
Gracias, jóvenes del 15-M, por dejar que me ilusione...

lunes, 2 de mayo de 2011

La pobreza de vocabulario


Ayer leí en la prensa una frase que me llamó la atención:  “¿Y qué ventajas supone revertir la incapacidad de concebir del varón...?”
Llevo ya algún tiempo percatándome de que se está confundiendo el concepto de “concebir” y el de “engendrar”, utilizando ambos términos indistintamente para la capacidad reproductora de los dos sexos. Como si fuera sinónimos.
Nada más lejos de la realidad. Parece mentira como profesionales de la palabra confunden los términos y plasman por escrito una barbaridad de esta naturaleza. El varón jamás podrá concebir porque, según el Diccionario de la Real Academia Española, concebir es “quedar preñada una hembra” por lo que a menos que se modifique genéticamente al varón para que pueda quedar preñado, tal hazaña le resultará imposible.
Pero también he oído en infinidad de ocasiones que una mujer ha engendrado un hijo. Cosa imposible por cierto ya que la palabra engendrar se define como “procrear, propagar la propia especie, causar, ocasionar”. ¿Quién causa la preñez de la hembra? El varón únicamente. Así que engendrar será privativo del varón.
También ayer en la televisión, mientras daban la noticia de la beatificación del anterior Papa, Juan Pablo II, oí al reportero que decía, eufórico, que ya era beato y pronto sería santo. Pues bien, tampoco es cierto. La beatificación supone el reconocimiento de que esa persona está en el cielo pero no es constitutivo para nada. ¿Cuántos santos anónimos están en el cielo? Pues me imagino que muchísimos y para su culto se señaló el día de Todos Santos. Pero el Papa ni crea ni destruye santos, tan solo reconoce que lo son. Cierto es que la propia Iglesia confunde a los fieles declarando primero la beatitud y después la santidad pues, si realmente significa que una persona ha alcanzado el cielo, en un solo acto tendría que valer. La declaración en cuatro etapas de Siervo de Dios, Venerable, Beato y Santo son solo estadios diferentes de culto. Como Siervo de Dios, la Iglesia permite que se inicie el proceso de canonización, como Venerable se le reconocen virtudes heróicas, como Beato se le puede rendir culto en la provincia eclesiástica y como santo se le rinde culto en la Iglesia universal. Pero en ningún caso la declaración de ninguna de estas categorías “mete” a nadie en el cielo. Se reconoce que están, nada más. Por lo tanto, no podemos decir “lo han hecho santo” sin entender “lo han reconocido como santo”.