Nuestro Ministro de Trabajo Valeriano Gómez, antiguo sindicalista, se acaba de sacar de la manga una nueva medida a aplicar a las empresas. Se trata, según dice el periódico de que “las empresas que afloren empleo podrán aplazar deudas con la Seguridad Social”. No se sabe las condiciones en que esto se llevará a cabo y el enunciado es poco sugerente pues todas las empresas, si prevén que no van a poder pagar las cuotas de sus trabajadores a cualquier régimen de Seguridad Social pueden solicitar de la Tesorería General de la Seguridad Social, organismo encargado de la recaudación, un aplazamiento y/o fraccionamiento del pago de dichas cuotas.
Por lo tanto, no se entiende muy bien cómo se ofrece a las empresas tramposas que tienen trabajadores sin asegurar, una cosa que puede solicitar ahora mismo todo el mundo.
Eso hace que tema que la disposición que pretende sacarnos el Sr. Gómez esté hablando de las deudas que se generen por aflorar ese empleo que hasta ahora tenían sumergido, es decir, las cuotas no ingresadas de los trabajadores en dicha situación de sombra por el periodo que hayan pasado así.
Y yo me pregunto ¿habrá alguna empresa que se avenga a confesarse con la Administración y le diga “Mira, Tesorería, yo tengo dos desde hace tres años? o simplemente los dará de alta en el régimen correspondiente de Seguridad Social y lo pasado pasado está. El trabajador callará porque con el paro que existe cualquiera habla y se expone a que lo echen del trabajo. Para el empresario es mucho más fácil dar de alta al trabajador con antelación a una fecha determinada que autodenunciarse ante un organismo público que le va a cobrar todas las cuotas –no sabemos si con recargo o no y nos imaginamos que sin multa- que tenía que haber pagado.
¿Cree de verdad el Sr. Gómez, sindicalista venido a más, que habrá alguna empresa que lo haga? Pues de verdad que es ingenuo porque les será mucho más fácil, ante la amenaza –en el texto de la noticia- de que se endurecerán las sanciones contra quienes no den de alta a los trabajadores, regularizar su situación de cara al futuro sin reconocer ningún incumplimiento en el pasado.
Pero, aunque así fuera y hubiera algún empresario en este país lo suficientemente inocente para realizar una autoinculpación gratuita, el hecho de que le den un aplazamiento para pagar la deuda que hubiera contraído en cuotas a la Seguridad Social ¿no supone un agravio comparativo con las empresas honradas que dan de alta a los trabajadores cuando toca, es decir, antes de comenzar la prestación de servicios? A estos no se les perdona nada. Han tenido que pagar a tocateja y, si no han podido hacerlo y no han solicitado un aplazamiento o/y fraccionamiento en tiempo y forma, se les sanciona por la falta de ingreso con el 50% de lo que adeudan, agravando así mucho más su frágil posición.
Porque por si Vds. no lo saben, una empresa que no da de alta a un trabajador en tiempo y forma, puede ser sancionada con 626 € como mínimo –aunque por regla general y salvo agravantes establecidos en la ley, se impone siempre la mínima multa- y una empresa que con toda su buena fe da de alta al trabajador y luego atraviesa problemas económicos y no puede pagar las cuotas que genera el alta, será sancionada con el 50% de la deuda en cada caso. Si las cuotas de la Seguridad Social vienen a ser un 50% -más o menos- del salario neto del trabajador, uno que perciba como salario unos 1000 € mensuales genera una deuda al empresario por cuotas al Régimen General de 500 € mensuales. Si el empresario no ha dado de alta al trabajador se los ahorra y, si lo pillan los inspectores, pagará solo 626 € de sanción, prácticamente lo que pagaría de seguridad social en un mes y diez días, con lo que en ese tiempo amortiza la multa. Si lo tiene un año en estas circunstancias pueden calcular el beneficio que obtiene. Por el contrario, si es un buen empresario y ha dado de alta al trabajador, si no puede pagar las cuotas en un año, se le impondrá la sanción del 50% de lo debido, aproximadamente unos 3000 € más los recargos correspondientes. Juzguen Vds. mismos ¿qué les parece más culpable, no dar de alta o no poder pagar? Pues está claro.
Si ahora, además, no sancionamos a los tramposos y les damos un aplazamiento para pagar las cuotas –no sabemos si con recargo o sin él- estamos dando un trato de favor a los incumplidores.
No me canso de decir que nuestro país, España, es el país del pícaro que tan bien fue descrito en nuestro Siglo de Oro, y nuestras autoridades, encabezadas por el Ministro de Trabajo, favorecen y propician con sus medidas que así sea pues sale más barato ser pícaro que honrado. Y eso lo hace un antiguo sindicalista que salió a la calle para protestar del decretazo de las pensiones y días después aceptó la cartera ministerial de donde partió la medida y sancionó con su presencia lo hecho.
Con Ministros así, los trabajadores españoles no podrán escapar nunca de las trampas de los malos empresarios, y los buenos empresarios, los cumplidores, los que antes se quedan sin pagar su recibo al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos que el salario y la seguridad social de sus trabajadores – pocos pero los hay- se sentirán burlados y quedarán con cara de idiota al ver que desde el Gobierno se premia al tramposo, al incumplidor y, de facto, se saciona al legal.
Pues que el Señor nos coja “confesaos”...
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