martes, 5 de julio de 2011

Como se cura la homosexualidad


            El Sr. Obispo de Alcalá ha abierto una página en la web de su obispado llamada “Homosexualidad y esperanza”. No se trata, como pudiera parecer por el título, de una llamada al acogimiento de cualquier persona independientemente de sus tendencias sexuales. No se trata tampoco de ser tolerantes con aquellos que no tienen la misma tendencia que uno (¿o sí la tienen?). Nooooooooooo... Se trata de curarles esa mala tendencia condenada tradicionalmente por la Iglesia basándose en textos bíblicos antiquísimos.
            Comienza distinguiendo –como hace el Catecismo de la Iglesia Católica- entre personas homosexuales y actos homosexuales. Las personas merecen todo el respeto y no deben ser objeto de discriminación. Lo cual está muy bien si, a continuación, el Catecismo no dijera que, “apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cfGn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.
            De este modo se condena a la persona homosexual a la más absoluta castidad y soledad. Es como si a un zurdo le dijéramos que no puede ser discriminado pero, a continuación, le atáramos la mano izquierda para que se acostumbrara a realizar cualquier gesto con la mano derecha y una vez acostumbrado decir que está curado de su zurdez.
            Se apoyan en la Sagrada Escritura sin recordar que en la misma también se habla de esclavos o poligamia sin ningún rubor y a nadie se le ocurriría afirmar que los libros sagrados consagran la esclavitud o la poligamia y que dichas situaciones son gratas a los ojos de Dios. No en nuestra sociedad y para nuestra mentalidad.
            En la página web del Obispado de Alcalá, el Sr. Reig Pla dispone una serie de documentos eclesiásticos que apoyan sus palabras. Entre ellos, hay uno que merece una consideración especial: “Algunas consideraciones acerca de la respuesta a propuestas legislativas sobre la no discriminación de las personas homosexuales” de la Congregación para la Doctrina de la Fe (del Vaticano) en la que se pueden leer perlas como éstas:
-         “Como sucede en cualquier otro desorden moral, la actividad homosexual impide la propia realización y felicidad, porque es contraria a la sabiduría creadora de Dios.”  A mí me gustaría saber quién ha creado a los homosexuales porque si su orientación sexual es contrara a la sabiduría creadora de Dios  y o Dios se ha equivocado o no los ha creado; y ambas cosas son imposibles.

-         “Cuando... la actividad homosexual se acepta como buena, o también cuando se introduce una legislación civil para proteger un comportamiento al cual nadie puede reivindicar derecho alguno, ni la Iglesia ni la sociedad en su conjunto debería luego sorprenderse de que también ganen terreno otras opiniones y prácticas desviadas y aumenten los comportamientos irracionales y violentos”. Pues ya sabéis, homosexuales de toda índole, vuestras tendencias y comportamientos, si son respetados por el resto de la población, conducen inexorablemente a que aumenten los comportamientos irracionales (¿como por ejemplo la cabalgata del Orgullo Gay?, digo yo) y violentos (creo que se matan más entre parejas heterosexuales que homosexuales, pero bueno). Que nos explique alguien, si es preciso con estadísticas y ejemplos qué conductas irracionales y violentas se incrementan y dónde.

-          Existen ámbitos en los que no se da discriminación injusta cuando se tiene en cuenta la tendencia sexual: por ejemplo, en la adopción o custodia de niños, en la contratación de profesores o instructores de atletismo, y en el alistamiento militar”. Aquí ya no se habla de actos homosexuales sino solo de tendencias. Aunque seáis angelitos y os abstengáis de cualquier contacto sexual, no podréis ser profesores ni instructores de atletismo (no sé si de natación podréis serlo, consultad) y, por supuesto, nada de entrar en la milicia no vaya a ser que se os escape una pluma haciendo la instrucción.

-          “Incluir la «tendencia homosexual» entre las consideraciones según las cuales es ilegal discriminar, puede llevar fácilmente a considerar la homosexualidad como fuente positiva de derechos humanos, por ejemplo, en relación con la así llamada «acción positiva», o tratamiento preferencial en tema de contratos de alquiler. Debe ser que como todo el mundo abusa en lo que puede, si os tratamos bien pronto vais a exigir un mejor trato que a los demás. Seguramente esto es consecuencia directa de considerar la homosexualidad una enfermedad pues un poco más arriba de este párrafo podemos leer: “Así, se acepta que el Estado puede limitar el ejercicio de los derechos, por ejemplo, en el caso de personas contagiosas o enfermos mentales, con el fin de proteger el bien común.Está claro pues que se os considera enfermos contagiosos o mentales y esto puede determinar una discriminación positiva. Aclarémonos, o sois enfermos y necesitáis una discriminación positiva para hacer más fácil vuestra vida o no lo sois y en ese caso no puede haber discriminación positiva que valga pero tampoco se os podrá discriminar negativamente y además, no se os podrá curar como pretende el Sr. Obispo.
Hay muchas más perlas de este calibre pero el que quiera profundizar ya sabe dónde encontrarlas.
De todo esto lo que me parece penoso y un contrasentido es que la Iglesia católica tenga entre sus filas un porcentaje de homosexuales mucho mayor que en la sociedad en general. ¿Ha entrado el Sr. Reig Pla en un chat gay alguna noche? Yo sí, entré en tres ocasiones con el fin de documentarme para mi novela “La Alianza del Arco Iris”. La primera vez contacté con un chico que había sido pareja estable durante seis años de un señor cura párroco catalán. La segunda vez contacté con un sacerdote levantino. La tercera con un sacerdote colombiano. Los tres buscaban lo mismo: sexo gay. Así que, antes de organizarnos la vida a los demás que comiencen por poner orden en su casa y cuando la tengan limpia y se queden en cuadro que comiencen a ser un poco más acogedores con los demás.
La tendencia homosexual es innata. Puede descubrirse a lo largo de la vida pero uno no cambia sino que descubre. No es una enfermedad, es una característica más del ser humano, y por lo tanto, no se puede curar. No se puede asociar a comportamientos irracionales o violentos; no existe ninguna correlación. El prohibir a los gays ocupar ciertos puestos de trabajo es fruto de prejuicios no racionales.
En la página web del Obispado de Alcalá de Henares viene el email (diocesis@obispadoalcala.org). Os invito a todos a que le escribáis no de forma agresiva pero sí explicando que no sois depravados viciosos ni enfermos contagiosos o mentales y reivindicando un trato desprovisto de discriminaciones negativas o positivas para vosotros.
Ánimo.