viernes, 15 de marzo de 2013

Como vender una buena obra al Diablo

Todos sabemos que Proyecto Hombre es una institución sin ánimo de lucro nacida en el seno de la Iglesia Católica para tratar de rehabilitar a los drogadictos que, queriendo salir de su situación, no tienen medios para afrontar el tratamiento. En las dependencias de esta institución no se cobra nada y sus métodos tienen una calidad contrastada.
En un principio, la entidad era gestionada y atendida por sacerdotes y religiosas y voluntarios, aparte de personas contratadas laboralmente. Por lo tanto, los recursos eran tratados de forma muy eficiente y con muy poca inversión se obtenían buenos resultados. De forma jerárquica depende de Caritas Diocesana.
Pero la tentación llega para todos. Y también llegó para Caritas en Valencia.
Esa tentación tenía forma de subvención pública. La Generalidad pagaría los gastos de la institución siempre que cumpliera determinados requisitos, entre ellos, el de la profesionalización de los servicios. Los sacerdotes y religiosas fueron saliendo de su organización, y fueron sustituidos por personal laboral, es decir, que cobraba un salario y estaba dado de alta en la Seguridad Social. No así antes pues, salvo casos puntuales, se trataba de voluntarios.
Y así ha ido funcionando muchos años y muy bien. Pero llegaron los recortes y, como todos hemos sufrido en nuestra piel, los recortes se han hecho por abajo. No se ha prescindido de ningún asesor inútil de los muchos que disfrutan nuestros políticos (en realidad, no se trata de asesores aunque se les llame así, se trata de una prebenda que tienen ciertos políticos para poder contratar a dos o más personas de su entorno, hijos, cuñados, amigos, etc. y que sea legal), no se han recortado salarios o prebendas de políticos, pero sí se ha recortado la subvención a Proyecto Hombre, cuyos usuarios, enfermos de una adicción, no podrán rehabilitarse. ¿Qué más da? Si normalmente los drogatas no votan.
Los trabajadores de Proyecto Hombre en Valencia se encerraron porque llevan muchos meses sin cobrar. La Generalidad les debía 1.200.000 € de atrasos. Ahora parece que ya les ha pagado 300.000 € pero esos trabajadores necesitan comer y atender a sus familias a diario, y los usuarios necesitan el tratamiento más que el pan que se comen, y no pueden esperar a que la Generalidad quiera pagarles. Es ahora cuando lo necesitan. Los trabajadores quisieron manifestarse también por las calles de Valencia.
Y es ahora cuando entra Caritas en acción pues de ella depende orgánicamente. Caritas que, en un principio les dio su apoyo y les instó a reclamar el dinero, después les pidió que abandonaran el encierro y les dijo que al que fuera a la manifestación se le descontaría de los haberes (haberes que no les están pagando), pero, hasta lo que yo sé, tampoco ha pedido al Arzobispado que se les eche una mano a esos trabajadores y a sus usuarios, adelantando las cantidades que la Generalidad no abona. Un arzobispado que lógicamente ha de saber las penurias que están pasando y no se da por aludida.

La madre Teresa de Calcuta recibió una subvención del gobierno de la India para el sostenimiento de sus centros de acogida de niños abandonados. La rechazó y cuando los periodistas, sorprendidos, le preguntaron la causa les dijo: Me exigen que gaste X rupias en cada niño y no menos y yo con ese dinero puedo mantener a cinco; no me interesa.
Yo les recomendaría que oyeran la homilia que dio a pie de calle, en Buenos Aires, el que hoy es el Papa Francisco. Hay muchas formas de esclavitud y la de las subvenciones es una de ellas si luego vas a dejar abandonados a los tuyos cuando éstas no se perciben a tiempo.
Por si quieren ver esta charla, aquí les dejo el enlace: