martes, 1 de mayo de 2012

ESPAÑA VA LISTA


Ya me esperaba una reacción del Partido Popular como la que está teniendo. Me imaginé que la crisis la pagaríamos nosotros, los españoles de a pie. Pero, la verdad, no creí que fueran tan lejos ni tan descaradamente.
Me enfurecían los socialistas con su falta de actividad, esa dolce far niente que les llevó a negar la crisis durante largo tiempo para no tener que tomar ninguna medida.
Era preciso tomar medidas, sigue siendo preciso tomarlas porque, desde luego, las que está tomando el PP lo único que van a conseguir es dividir otra vez a España en dos partes: los ricos y los pobres. Los que tienen todos los derechos y los que no tienen ninguno. Porque de forma chulesca y desafiante nos van a ir despojando de todos y cada uno de nuestros derechos. Y no crean Vds. que los que aun tenemos un salario fijo y un empleo estable vamos a quedarnos fuera de la masacre, todos sin excepción engrosaremos las filas de los desharrapados y nuestro único derecho será servir al gran capital.
Lean el Manifiesto Comunista de Marx y Engels (se lo pueden bajar gratis de Amazon) y cambien “Burguesía” por “Grandes capitalistas” y “sistema productivo capitalista” por “globalización” y verán que el análisis socio económico que allí hicieron estos dos filósofos sigue vigente en todos sus puntos.
Pero no pongan sus esperanzas en otro partido político. No existe ninguno que luche por nuestros intereses. Nos lo dicen pero no es cierto, todos reman para adentro de su casa. ¿Dónde estaban los partidos de izquierdas cuando se aprobaron las normas para que en 7 años (la quinta parte del tiempo exigido para los demás) tuvieran una pensión que viene a ser el doble que la máxima en la Seguridad Social? ¿Cuándo nos informó nadie de que se estaban aprobando prebendas injustas por agravio comparativo con el resto de la población? Que yo recuerde, nadie tuvo la ética de decirnos: “Vamos a hacer esto ¿estáis conformes?”.
Las medidas que toma nuestro gobierno en connivencia con los grandes capitales y con la aquiescencia de Merkel, que ha usurpado las funciones del Presidente de la Unión Europea y de su Consejo, por si solas no van a traer más que un agravamiento de la depresión económica para un país como el nuestro al que le falta industrialización. Nuestros capitales gustan de la especulación no de la producción y por tanto quieren ganar en unos días lo que se tendría que ganar en años.
Solo he visto medidas de recorte de derechos para nosotros y ninguna otra medida que aliente la exportación o la investigación y desarrollo de una industria de bienes de capital, que limite beneficios empresariales, que remedie la duplicidad de administraciones y suprima los cargos y asesores inútiles cubiertos por medios nepotistas. Parches de ningún calado que a corto plazo nos empobrecen más (siempre a los mismos) y que a largo plazo no han de tener ningún resultado positivo.
Para encajarnos estas “reformas” nos mienten como si fuéramos subnormales y demuestran, cada vez que salen a la palestra, una prepotencia digna del peor dictador. Franco a su lado, una monjita de la caridad. Lean el magnífico artículo de Juan José Millás:


Toda esta preocupación en convertirnos únicamente en elementos de producción de sus beneficios, unida a la impresión de impunidad que se percibe para algunas conductas (ya se ha inventado un nuevo verbo: urdangarinear: dícese de aquel que comete estafa y engaño amparándose en la protección de una personalidad relevante), a la corrupción que parece generalizada en todos los ámbitos y a la descomposición de las instituciones, crea en el ciudadano una sensación de malestar, de pertenecer a un país de sainete que nunca será nada en este mundo más que el destino del turismo pobretón y maleducado de la Europa rica.
Impotencia es lo que tengo de ver que la gente de mi país seguirá votando a uno de estos partidos que, engañándonos con sus palabras, cada vez nos aprietan más los tornillos y simultáneamente se los aflojan para ellos.
El cariz que toma la política es sombrío. Y nuestro destino incierto.