domingo, 18 de julio de 2010

La publicidad de la prostitución

Como siempre, es difícil colocarse ante una página en blanco tratando de desgranar los propios pensamientos, con cierto orden y claridad para ser entendido por los pocos lectores que tengo.
Los anuncios de prostitución es lo que me da vueltas en el magín desde que, a mediodía, he oído en el telediario que el gobierno quería prohibirlos. No he entendido si la prohibición era absoluta, es decir, nadie puede anunciar prostitución y en ningún medio, o bien se trataba de evitar dichos anuncios en la prensa diaria.
Lo problemático de las prohibiciones es que no se sabe dónde está el corte adecuado: ¿Por qué me paro aquí y no puedo prohibir un poquito más? ¿Y un poco más? ¿Y más? Hasta que, por ejemplo, podamos prohibir que la gente vaya vestida por la calle pareciendo una prostituta. Pero ¿a juicio de quién? ¿Quién es el juez que se pronuncie sobre ese límite? Se daría el paradójico caso en el supuesto de que prohíban también los velos islámicos en que las mujeres no podrían ir tapadas ni destapadas en exceso. Pero insisto ¿quién será el que fije el límite en ambos casos?
Lo primero que me pregunto es qué se persigue con dicha prohibición. Porque ninguna prohibición es legítima si no protege un bien superior a la libertad que quita.
Entiendo que Doña Bibiana persigue acabar con una de estas dos cosas, bien con la propia prostitución bien con su visibilidad. No sé si será “miembra” del Opus aunque creo que, después de defender la Ley del Aborto, está claro que no. Aunque en este asunto demuestra un puritanismo digno del mejor calvinista.
Dicen que la prostitución es el oficio más antiguo del mundo y no creo que habiendo perdurado desde que el mundo existe, pueda acabarse simplemente prohibiendo la publicidad de quien la ejerce. Si prohibimos la publicidad, simple y llanamente, la prostitución pasará a ejercerse en otros lugares y su publicidad se seguirá haciendo por otros medios. Pasará a la clandestinidad y eso siempre es malo. Luz y taquígrafos para todo.
Todas las personas que ahora se anuncian en un medio de comunicación y que ejercen en su casa tendrán que bajar a la calle a vender su mercancía, aunque lo que viene después de la transacción comercial se haga donde antes se hacía. Esto generará focos de prostitución de los más distintos pelajes. Y siempre rebajará el caché de los ejercientes, de los contratantes y del barrio donde se ubique el foco.
Me pregunto si se habrá hecho un estudio serio al respecto. Es decir, qué porcentaje de prostitutos/as realizan ese intercambio de sexo por dinero de forma totalmente libre. Porque siempre que hablamos de prostitución nos imaginamos mujeres ejercientes. Pero también hay hombres, para hombres y para mujeres. ¿Qué porcentaje dentro de la prostitución representan los hombres que se dedican a dicha actividad?
Se habla de prostitución y uno piensa en dos cosas: la trata de blancas, es decir, mujeres que, contra su voluntad, son obligadas por proxenetas a prostituirse y cuyos beneficios son percibidos por éstos, y también en la pobre chica que se tiene que dedicar a eso forzosamente porque no encuentra un trabajo digno.
La realidad es otra. Según los últimos estudios realizados en nuestro país, solo una de cada seis personas que se prostituyen lo hacen contra su voluntad. Lo que indica que, la gran mayoría, lo hace voluntariamente.
Si miran Vds. la oferta de sexo pagado de los periódicos verán dos tipos de anuncios, los que se anuncian personalmente y atienden en su propia casa o en hoteles y los gabinetes (es decir, prostíbulos) donde igual puede hacerse una fiesta, que tomar una copa, que cerrar el trato para acostarse con alguien. En el primer caso, el beneficio que se obtiene con la prostitución es única y exclusivamente para el/la prostituto/a. En el segundo caso suele haber proxenetismo –el beneficio se comparte con el proxeneta- pero no siempre.
Últimamente, como el proxenetismo está prohibido y penado, la actividad se desarrolla de manera “legal”. Los que ejercen cierran el trato con el cliente directamente y el proxeneta -porque sigue siendo eso y no otra cosa- es el dueño del lupanar y su negocio consiste -al menos, formalmente- en alquilar las habitaciones para que las hetairas, chaperos o troyanos puedan ejercer su actividad, además del descorche, que, para el que lo ignore, denomina que la chica -en esto sí que son normalmente mujeres- se lleve un porcentaje de lo que hace consumir al cliente. Ella siempre pide whisky pero le sirven una especie de te que tiene su mismo color porque, si fuera destilado auténtico, al final de la noche habría entrado en coma etílico. ¿Ven Vds. qué fácil es burlar la ley? En realidad, las cosas siguen como antes. El proxeneta fija los precios, los cobra y les da a sus “trabajadores” una pequeña parte.
El único límite que veo yo se pueda imponer a la prostitución es a la que se ejerce sin la voluntad cabal de quien lo hace. Y esa, que es delito, seguirá existiendo. Es cosa de la policía de cada país el investigar si existe y dónde y detener a los delincuentes. Si parte de esta prostitución se anuncia en un periódico, la policía lo tendrá más fácil para poder llegar y realizar una inspección en toda regla. Si los prostitutos/as disponen de sus documentos identificativos en su poder es un indicio de que se hallan allí por su voluntad. Otra cosa es que esos pasaportes o Documentos de Identidad sean celosamente guardados por los regidores del local. Entonces da que pensar… Pero aunque esta delictuosa prostitución no se anuncie libremente, la que se anuncia, al ser más fácil de encontrar, dificultará que los clientes lleguen a la otra, lo que mantendrá aquélla en un nivel menor de actividad. Le quitará clientes.
En cuanto al que la ejerce porque no tiene otro trabajo decente que poder hacer –lo que se da en un pequeñísimo porcentaje-, le van a quitar su único y pobre medio de vida que le sostiene a él/ella y, a veces, a sus hijos. ¿No sería mejor, en lugar de prohibirle anunciarse, brindarle una alternativa laboral para que pueda dejar aquello que se ve forzado/a por las circunstancias a practicar? ¿Se hace algo en este sentido? ¿Se pone a disposición de estas mujeres y hombres viviendas sociales y guarderías al alcance de los bajos salarios que tendrán que sufrir en adelante? Porque nadie quiere cambiar un ingreso que, en el peor de los casos, duplica o triplica el salario normal en trabajos “decentes” y, desde ese momento, no tener para vivir. Lo malo siempre es el primer servicio. Luego se hace callo.
¿Quién es el Gobierno para prohibir a una persona que se prostituya? Porque la Constitución, en su art. 16, declara como un derecho fundamental de las personas la libertad. Y esa libertad incluye, si fuere el caso, hasta el error.
No podemos erigirnos en paladines salvadores de quien no quiere ser salvado.
Y si lo que se quiere es únicamente que la prostitución no sea visible el caso es peor pues únicamente la hipocresía puede guiar tal acción. ¿Qué sentido tiene que no exista publicidad en los periódicos cuando Internet está plagada de este tipo de anuncios?
Quizá no me parecería del todo mal que se prohibiera la publicidad del sexo pagado en los periódicos y se permitiera en la prensa especializada, dejando así un canal abierto para quien quiera ejercer o recurrir a sus servicios.
Y voy más allá. Puesto que la prostitución se ejercerá siempre y mueve mucho dinero ¿por qué, en lugar de prohibir su publicidad, no se legaliza su ejercicio regulando el sector? Son personas que suelen ganar bastante dinero, no pagan impuestos, no pagan Seguridad Social (lo que quiere decir que su sanidad va a cargo de todos nosotros pues sus ingresos oficiales son nulos) y cuando son mayores o sufren algún percance que les impide seguir en el negocio hay que habilitarles una pensión no contributiva para que puedan malvivir. ¿No podría regularse de forma que tuvieran cabida en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos y se dieran de alta en el Censo Tributario y pagaran impuestos como todos nosotros. En Hacienda se podría crear un sistema especial puesto que la clientela de estos servicios no quiere factura. En fin… con buena voluntad, podría hacerse.
Porque es injusto que un/a prostituto/a de lujo gane mucho más que cualquier directivo de una pequeña empresa y no contribuya al bien común.
Todo esto no significa que me guste que exista la prostitución pero no se puede negar lo evidente ni se pueden poner puertas al campo. Existe y mirando hacia otro lado no se va a acabar.

5 comentarios:

  1. En alguna ocasión he leído al Sr. de la Torre opiniones contrarias a la infalibilidad del Papa, por ello me permito hacer el siguiente comentario.

    Si tenemos a la Iglesia por una sociedad puramente humana y al Papa como su Presidente, si pensamos que quien habla de su infalibilidad es el señor Giovanni Mastai que hace tal afirmación a título personal, la cosa es de tal obviedad que resulta ocioso ocuparse de ello, tendría el mismo valor que si lo hago yo o el ilustre (ninguna ironía) Sr. de la Torre.

    Pero si creemos

    - Que la Iglesia es de orden sobrenatural al haber sido fundada por Jesucristo

    - Que así como en el A.T. Dios se manifestaba como el Padre, durante la permanencia de Jesucristo en la Tierra como el Hijo, y después según su promesa - Yo os enviaré el espíritu ....- como el Espíritu Santo.
    -Si creemos que lo apóstoles (sacerdotes) fueron enviados a predicar la verdad y que 'el que creyere se salvará y quien no creyere se condenará' y no podemos imaginar que fueran enviados a difundir cosas no ciertas.
    - Si creemos que el Papa es el apoderado de Jesucristo designado por Él mismo y tiene poder de 'atar y desatar' en la Tierra
    - Si creemos que el Papa asistido acompañado por todos los Cardenales , solicitando la asistencia del Espíritu mediante la oración la obtendrá como la obtendremos cualquiera de nosotros según la promesa
    - Si creemos que (Col.1,24-28) ?....Dios me ha nombrado ministro de la Iglesia, asignándome la tarea de anunciaros a vosotros su mensaje completo, el misterio que Dios ha tenido escondido durante siglos y generaciones y que ahora ha revelado a su pueblo......nosotros anunciamos a éste Cristo, amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría (la sabiduría es uno de los Dones del Espíritu).....'
    Si creemos eso no resulta nada inverosímil la infalibilidad del Papa en esa disposición de solemnidad asistida y para una cuestión determinada profundamente estudiada y debatida.
    Si prescindimos de todo eso, es decir, si prescindimos de tener a la Iglesia por una institución a través de la cual nos re-ligamos con su fundador divino, si prescindimos de la fe,entonces no podemos creer en la infalibilidad del Papa, estamos en nuestro derecho, pero no seremos católicos.
    Todo lo cual me he permitido apostillar en este día del centésimo cuadragésimo aniversario de la proclamación de la infalibilidad del Papa por el Concilio Vaticano I reinando Pío Nono, que además de un riquísimo dulce era el Papa vigente.

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  2. Apreciado Anónimo: Me da mucho gusto su comentario. Es cierto que si tomamos a la Iglesia como una institución humana sobra todo comentario.
    Sin embargo, yo no puedo creer a pies juntillas todo lo que dice la Iglesia pues, en muchos casos, le ha tocado dar marcha atrás y hasta pedir perdón por sus acciones. Acordémonos de Savonarola, Galileo, Copérnico, las cazas de brujas, y más modernamente Darwin. Al principio, anatema era el que declaraba que la tierra no era el centro del Universo. Ahora está claro que no era cierto. ¿Cuándo se equivocó la Iglesia en sus postulados? ¿Ahora o antes? ¿No sería mejor pensar que la Iglesia tampoco está en posesión de la verdad?
    Por cierto, ¿de cuándo los apóstoles eran sacerdotes? Recuerde Vd. que estaban inmersos en un mundo judío y con su mentalidad. Allí un sacerdote era el que realizaba los sacrificios rituales en el templo y ni Jesús ni los suyos oficiaron de sacerdotes jamás.
    Creo que no podemos mentar las escrituras para lo que nos conviene e interpretar lo que dice -a nuestra conveniencia- cuando no nos gusta lo que dice. Porque ¿no formaba parte de los mandamientos el de no hacer imágenes de Dios? Y las hemos hecho de Dios Padre, de Jesús y del Espíritu Santo, Y de la Virgen ni le digo.
    En fin... en lo que no estoy de acuerdo es en que me eche Vd. de la Iglesia porque no acepto todo lo que sus miembros quieren. Yo también soy miembro de la iglesia y tengo voz y -lo que será más difícil- también quisiera tener voto. Porque iglesia somos todos, y yo entre ellos. No he apostatado pero disiento de algunas cosas. Y conmigo -o más exactamente, yo con ellos- una pléyade de teólogos modernos (condenados por Roma es cierto) como Benjamín Forcano, Lenaers, Díez Alegría, Küng y tantos otros que pide que la Iglesia vuelva a sus orígenes que, desde luego, no parecen estos fastos de ahora.
    En fin... mi buen amigo. Me tendrá Vd. que contar dos cosas:

    - qué relación tenía su comentario de hoy con mi entrada, que trataba de la publicidad de la prostitución.
    - qué estudios ha cursado que muestra tal altura intelectual en sus comentarios. ¿O quizás es Vd. un sacerdote oculto? Porque no es normal que un laico -como se dice ahora- tenga tal bagaje de conocimientos sobre el tema.

    Le doy la enhorabuena, pues debe ser Vd. andaluz, ya que los piononos que se dejaron comer por mí estaban situados en Granada, ciudad bella donde las haya. Por cierto, riquísimos.

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  3. Me sigues admirando amigo, ¿me permites que te dé ese nombre?, la valentía y audacia con que arremetes en los temas de actualidad más complicados. Me estás demostrando una vez más tu gran capacidad intelectual y de argumentación para cualquier asunto. Sin duda eres un buen profesional del derecho. Conozco algunos que igual son capaces de defender a un reo hasta demostrar su inocencia, aunque a los ojos de la mayoría sea un evidente culpable, como todo lo contrario en un caso simlar o en el mismo si se le hubiese encargado. El don de la palabra y el de la interpretación al servicio de sus planes. El cliente siempre tiene razón...
    Tenía un amigo que al llegar tarde a una reunión, antes de enterarse de quçe se estaba hablando ya empezaba diciendo: No sé de qué habláis, pero no estoy de acuerdo. ¿A qué viene todo esto? Pues, a lo que voy. El tema sobre el que das tu opinión es muy complicado. Y argumentas con tanta fuerza, que es difícil rebatirte, y no lo pretendo. Me mereces mucho respeto y más cuando mi preparación no es comparable a la tuya. Dices tantas cosas. Haces tantas preguntas. Que necesitaría casi un libro para entrar a comentar, aplaudir o rebatir tus afirmaciones. Publicidad, ley, prohibiciones, derechos, libertad, economía, hipocresía, límites, finalidades, transparencia,, etc.
    Pero, ¿hay que defender la publicidad sin ponerle límites? ¿Por qué se hace? ¿Para qué? ¿Qué bien pretende? ¿Puede hacer algún mal? ¿No se debe tener en cuenta el sentido común? ¿El parecer de una mayoría? ¿No es la ley fundamentalmente para el bien común, una necesidad para la convivencia, que más que quitar libertades debe limitarlas para salvaguardar los derechos de otros, o sea para que mi libertad no pisotee al otro? La ley sobra, o sobraría, si la educación, el respeto, la toleranmcia, la moderación, el recto comportamiento de todos fuera idealmente perfecto. Lo que en la utopía desable se nos ha predicado: Ama y haz lo que quieras.
    La publicidad no habría que restringirla si cada responsable de ella lo fuera y se autoimpusiera una ética, no supeditada servilmente a sus ganancias, sino a lo que el sentido común le indica.
    La publicidad de la prostitución puede animar a ejercerla a quien descubre en ella un trabajo muy demandado por cierta clientela y que da buenos ingresos. ¿Por qué no yo? Recuerdo a chavales de 13 y 14 años leyendo con avidez tal publicidad, recreándose con ella y dando pábulo a su ardor incipiente al leer tantos ofrecimientos y hasta imágenes explícitas excitantes. ¿Crees muy positiva esa publicidad?
    Estoy convencido que con tu fecunda pluma y erudición serías capaz de escribir otro artículo defendiendo otros puntos de vista distintos sobre el mismo tema. Así es de complejo y complicado. Seguiré fielmente adicto a tu blog. Un abrazo. Carpio.

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  4. La prostitución
    Mi querido sr. Arnau,es ud. con todos mis respetos, un todoterreno, allá donde se mete saca punta, en este tema tan delicado me ha sorprendido ud. con sus comentarios tan coherentes y acertados; yo de este tema poco puedo aportar, solo la experiéncia que dan los años, y los comentarios que hechos en broma, ( pero ya se sabe que detrás de las bromas hay verdades escondidas...)he escuchado, puedo decirle que coincido con ud. en que deberían estar legalizadas y cotizando a la SS.
    Claro está que lo de las facturas sería problemático, por que normalmente hacen uso de ellas los hombres de las " mejores familias y reputaciones ", y sería una forma de descubrir que no son de tan buenas familias, pero si son reputeros.
    En fin..., que las dejen si disfrutan con su trabajo y de paso alivian a los que pasan hambres en sus casa...
    Vaya ud. con Dios y que no deje de asistirle en sus idéas, pensamientos y exposiciones escritas, que de verdad merecen la pena ser leídas.
    Atentamente.

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  5. Sr.Carpio: efectivamente, el ejercicio y el límite correcto de la libertad es la libertad del otro. Pero en la publicidad a la que nos referimos no se pisotea la libertad de nadie. Siempre puede Vd., si no es de su agrado, grapar esas páginas del periódico para no verlas. En cuanto a lo de los menores de 13 ó 14 años, convendrá Vd. conmigo en que a esa edad en que las hormonas se hallan en plena ebullición, cualquier excusa es buena para explayar la vista. De todas formas, son menores de edad y merecen ser protegidos pero es a sus padres a quienes compete controlar lo que leen y lo que no. ¿De modo que una chica de 16 años puede abortar sin conocimiento ni consentimiento paterno y tenemos que prohibir la publicidad del sexo para que no lo vean los menores? Hombre, eso se llama matar mosquitos a cañonazos. Que no salgan tampoco a la calle, pues raro es el día que salgo yo, que no vea varias chicas a las que se les ve el tanga sobresaliendo del pantalón con las nalgas al aire, y los pechos, ni le digo... ¿Sabe Vd. como se distingue una chica de ahora de las de antes? Porque antes para verles el culo tenías que apartar las bragas y ahora para verles las bragas tienes que apartar el culo. Es decir, que tentaciones no les faltan en la propia calle y no vamos a prohibir que salgan chicas de ciertas edades a la vía pública para que los críos no las vean. Además ¿no será esto también una forma de publicidad de prostitución? ¿Van enseñando la mercancía?
    Me reafirmo en que la prohibición siempre es mala. ¿No será mejor que los padres eduquen a sus hijos en una sexualidad responsable? Luego ellos harán, como siempre lo que les dé la gana pero pretender que sea la sociedad, los maestros y los medios de comunicación quienes los eduquen es hacer una dejación de funciones bastante patente.
    En cuanto a que soy capaz de defender una cosa y su contraria, sin eufemismos eso se llama demagogia. Y no estoy de acuerdo.

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