sábado, 24 de julio de 2010

La situación política y los insultos parlamentarios

Hace ya más de doscientos años que nació un periodista irónico vocacional que se suicidó a la edad de 27 años en pleno apogeo de su carrera. Había roto con su amante y ésta no quiso reanudar las relaciones. Sin embargo, a pesar de que su muerte se produjo inmediatamente después de que su amada le comunicara su decisión irreversible de no verle más, yo creo que no fue eso solo lo que le llevó a quitarse la vida. La situación de España y su carácter, eminentemente romántico, prepararon la tierra para sembrar su muerte. “Me duele España” dijo en alguno de sus escritos, pues veía, con tristeza, que los políticos y la Administración española, en general, no eran capaces de ver más allá de sus narices. Hay que leer el “Vuelva Vd. mañana” o “El castellano viejo” para darse cuenta de su percepción de la realidad y cuánto le dolía. A estas alturas, ya saben mis lectores que hablo de Larra. Mariano José de Larra.
Este hombre, muerto en pleno éxito de su carrera, por unos amores desairados que hicieron de gota que colma el vaso, me viene a la memoria constantemente cuando veo a nuestros Diputados en el Congreso tirarse los trastos a la cabeza sin más intención que zafarse de las sospechas y acusaciones que puedan recaer sobre el que habla y lanzar, con el ventilador, la porquería sobre el adversario.
Señores, no necesitamos saber quién es más ingenioso o quién más ducho en quedar bien y engañar al personal. Necesitamos un pacto de Estado para salvar España de esta crisis económica que ya no es crisis pues se ha convertido en una epidemia que nos afecta a todos. La palabra crisis se ha pervertido pues crisis es el momento en el que se decide una cuestión: un enfermo entra en crisis y en todo lo más una noche columbramos si se va a morir o se va a salvar. El concepto ha evolucionado para pasar a significar una situación problemática, aunque sea larga y estable.
Yo suelo ser optimista, a pesar de que mis relatos acaben siempre mal. Quizá lo hago así porque copio la vida, y porque los seres felices no tienen historia o ésta no interesa a nadie. Solo de Darwin sé, por sus memorias, que le era grato oír novelas leídas por otra persona pero pedía siempre que acabaran bien. No le gustaban los finales tristes.
En nuestra situación económica soy muy pesimista. Vivimos muy por encima de nuestras posibilidades y nuestra organización política no ayuda precisamente a economizar. La financiación actual de las comunidades autónomas es insostenible. Fíjense que no digo que el estado de las autonomías sea inviable, sino que su financiación es incompatible con los ingresos del erario público. Nuestra industria tiene un nivel de productividad tan bajo que no puede competir con lo que importamos de países, no solo los emergentes sino de todos, incluso de los de dentro mismo de la Unión Europea. La Bolsa, que es el mejor invento económico para aglutinar grandes capitales con el fin de acometer empresas que requieren mucha inversión, se ha prostituido. Los inversores no buscan una mayor rentabilidad (lo que conlleva un mayor riesgo, lógicamente) para sus ahorros cobrando los dividendos que reparten las empresas de las cuales son socios. Las acciones no suben de precio porque repartan mayores beneficios. Son objeto de una especulación bestial. No solo en España. Este mal aqueja a todo el mundo. Hoy, el inversor de bolsa que gana dinero con ella, es el especulador; es decir, el que compra por la mañana e intenta vender a mediodía con beneficio sin importarle que lo que gana él lo pierde otro menos avispado. Los directivos de las grandes empresas son los verdaderos factores que hacen y deshacen a su antojo sin tener en cuenta los intereses de los verdaderos dueños, los accionistas, que, debido a su atomización han perdido su poder. Dice la gente que sobran funcionarios y yo digo que están mal repartidos: en unos sitios sobran y en otros faltan. Lo que sobran son cargos de asesores políticos que no asesoran en nada pero cobran grandes sueldos. Nadie ha mencionado siquiera que tenemos un fuerte impuesto al trabajo en forma de cotización a la Seguridad Social; casi nadie sabe realmente cuál es el coste de un trabajador para la empresa, pues si a él se le abona un salario de mil euros limpios, a la empresa le cuesta realmente un 50% más. Ya hay algunas empresas que en el recibo de salarios hacen constar una casilla que dice “Coste para la empresa” para que sean conscientes. Las Universidades no paran de fabricar licenciados y doctores destinados al paro en su profesión –y a veces en todas- y ese coste de las universidades públicas lo soportamos entre todos porque lo que se paga de matrícula no llega ni para pagar a todos los profesores. ¿No sería mejor que la matrícula recogiera todos los costes y se estableciera un buen sistema de becas y ayudas públicas para quien no pudiera permitírselo y demostrara querer estudiar? Y no mentemos a la madre del cordero, es decir, la educación de los niños y jóvenes porque sólo con ese tema podríamos estar varias semanas hablando y sin entendernos. No se prima el esfuerzo personal y los acostumbramos a tener todo tipo de derechos sin que se los hayan ganado de ninguna forma.
¡Son tantas cosas las que habría que reformar! Y lo más difícil, que se tendría que comenzar inculcando una ética a los ciudadanos. No estoy hablando de moral religiosa sino ética, ese acervo de valores que debe regir el comportamiento de los hombres en pos del bien común. Fernando Fernán Gómez, hombre al que admiré siempre por su sagacidad y sentido común –y también por lo bruto que era con los maleducados- decía que España seguía siendo el país del pícaro y que las descripciones contenidas en “El Lazarillo de Tormes” servían para ahora mismo; también avisaba que así no se llega nunca a ninguna parte sino a la política de supervivencia personal y social pero no al avance.
Desde luego, de todo esto no tienen la culpa los que viven de su sueldo, sean obreros, empleados o funcionarios, pero sí tienen una parte de responsabilidad. Sencillamente porque ellos son los que mueven con sus votos el aparato del Estado e igual que demandan programas de televisión que son basureros de insultos incontrolados demandan una administración pública que les sea favorable a corto plazo, sin pensar en el bien del país en general y a largo plazo. ¿Qué dejaremos a nuestros hijos?
El Gobierno, a mi juicio, no ha generado la crisis. Ha sido mundial. Pero nosotros tenemos problemas estructurales tan graves que las circunstancias globales harán que lo pasemos peor que ninguno de los países de nuestro entorno. El Gobierno sí es responsable de no haber sabido gestionarla porque el único parche que ha puesto ha sido a costa de los más débiles: los funcionarios y los pensionistas (y con ellos arrastrará a los trabajadores porque los Convenios se negociarán en adelante a la baja), no ha tomado medidas serias para intentar bajar el fraude fiscal y ha incrementado los impuestos indirectos (es decir, los más injustos). Es cierto que la oposición no ha ayudado en absoluto pero quien gobierna, gobierna y en este lance le ha tocado el turno al PSOE y es quien debe tomar medidas. Y las medidas que toma son únicamente circunstanciales, parches que se ponen allá por donde entra agua -sin construir un casco nuevo para el barco- que solo distraen la atención por unos días de los profundos problemas que nos aquejan.
Menos mal que hemos ganado el Mundial. Parece que con eso está justificada la legislatura y hasta hubo quien lo insinuó en las Cortes.
Es hora ya de concienciarse de que no podemos jugar a la política de partidos, a ver quién es el que ridiculiza mejor al contrario en el Congreso. Hace falta un pacto de Estado porque las reformas sociales y económicas que necesita el país son de tal calibre que han de tener, por fuerza, un altísimo coste electoral, y todos han de ser corresponsables de las mismas y pagar ese coste entre todos. En ese caso, si se unieran los principales partidos para dar una salida, de una vez por todas, a este país llamado España, el coste electoral sería mucho menor porque los electores entenderían que la situación es tan grave que los partidos políticos han dejado de lado sus propios y cortos intereses para embarcarse en una reforma integral, grande y profunda como una revolución pero pacífica, que nos beneficie a todos.
Hace dos o tres días pude oír en el Congreso que la Diputada Sáenz de Santamaría le leyó al partido de la oposición, representado en ese momento por la Vicepresidenta Fernández de la Vega, unos versos del Tenorio -cuyo autor se dio a conocer precisamente leyendo una de sus elegías en el entierro de Larra- dedicados al Presidente Zapatero, que dicen así: “No hay lance extraño, no hay escándalo ni engaño en que no me hallara yo. Por donde quiera que fui, la razón atropellé, la virtud escarnecí, a la Justicia burle, … y en todas partes dejé memoria amarga de mí”.
Un amigo, con un puntito de genialidad, que estaba a mi lado, dijo prontamente: ¡Qué ocasión ha perdido la Teresa de la Vega! Como réplica le habría bastado levantarse y decir escuetamente: ¡Zorrilla!

5 comentarios:

  1. ¡Ay, amigo, que esta noche no duermo!
    Después de esta magistral lección casi ni me atrevo a opinar. Temía al principio que eras un nuevo Larra. Luego me di cuenta de que era una alusión acertada para entrar en el tema, pero con un final no imitable. Menos mal. No quiero perderme nunca tus sabrosos artículos. ¿No serás un político escondido? ¿Un cerebro gris que vas rumiando tus consideraciones tan sensatas? Necesitamos quienes nos hablen así de claro. Y aunque dejas traslucir un cierto pesimismo, no caes en lo negativo y tus críticas, muy acertadas, a los políticos agresivos, que no buscan sino herir al adversario y quedar ellos bien lucidos, en vez de buscar y apoyar soluciones a los graves problemas. El toque de humor al final de tu artículo provoca una amable sonrisa. Necesitamos vislumbrar un poco de esperanza a pesar de todo. Carpio.

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  2. Por muy elogioso que sea mi comentario, me quedo corto.Cada dia te superas mas, me tienes anonadado. Tu articulo de ho solo tiene un calificativo: MARAVILLOSO

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  3. Despues de una velada,
    con fuegos de artificio,
    me doy cuenta que siempre,
    tienes razón en tus dichos
    Mariano Jose de Larra,
    el mismo Luis Carandell
    cabeza levantarian,
    si supieran que tu prosa
    y en tu mente nacerian
    todas aquellas historias
    que nos cuentas dia a dia.
    Gracias por ellas te damos
    los que a menudo seguimos
    este blog tan necesario
    con este ingenio infinito
    en que te sientas delante
    del ordenador sufrido
    Gracias Arnau de la Torre,
    en el dia que pensaste
    en arrojar la toalla,
    pero al final la enrollaste
    y alli la tienes colgada.
    Tus escritos gran Arnau
    son sagaces y sentidos
    Gracias Arnau de la Torre
    por este gran favorcillo
    que semanalmente nos haces
    compartiendo con nosotros
    vivencias y manuscritos

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  4. Cada vez más me avergüenzo de mi atrevimiento de escribir. Veo que otros admiradores, que te siguen como yo, brillan con sus comentarios comparados con mis mediocridades. Merecen mi aplauso, como un poeta que con acierto versifica el suyo. También merece mi felicitación.
    Yo creo que despiertas en tus lectores con tu literatura ganas de escribir, aunque sea como yo con balbuceos de aprendiz.Y como observo que otros quedan en el anonimato, yo también dejaré de firmar, aunque siga elogiándote o criticando, según convenga en cada caso. Con todo mi afecto y admiración.

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  5. Excelente artículo, sr. Arnau, bien expuesto y escrito, como siempre.
    Por supuesto que el gobierno actual no es el causante de la crisis, sino , en gran medida, las políticas neocon de Bush y los tiburones financieros yankis. Por poner sólo un ej., piénsese en los miles de millones de dólares invertidos en la guerra de Irak, ¿ seguro que éso, por sí solo, no tiene alguna incidencia en los problemas económicos de EEUU?.
    Agravada aquí por la burbuja inmobiliaria propiciada por la política del suelo del sr. Aznar.
    La solución, desde luego, es difícil, y no sé si alguien la conoce; seguro que no el PP actual. Lo que está haciendo ZP es aplicar las mismas políticas que se hacen en Europa, regida principalmente, no se pierda de vista, por ejecutivos de derechas, y éso sí se lo reprocho. Lo que ya no sé es si hace lo que puede o le dejan, o realmente no se atreve a más.
    Muy divertida la poesía del comentarista de 25-7, 2:00; por cierto, creo los amables lectores que firman como anónimos, al igual que yo, deberían tener la deferencia de identificarse, aunque mínimamente, poner un nombre, por ej. Esto permitiría conocerlos mejor y apreciar sus distintos comentarios como un todo global.
    Jose Luis

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