lunes, 28 de junio de 2010

La democracia, el Sr. Camps y sus trajes y las capacidades cognitiva y volitiva del cuerpo electoral

El otro día, iba con unos amigos por la calle, y se nos acercaron unas reporteras del Canal Popular de TV para preguntarnos lo siguiente:

-         ¿Creen Vds. que las investigaciones que se siguen en torno a la figura del Sr. Camps, Presidente de la Generalidad Valenciana son inventadas por el Gobierno del Sr. Zapatero para desprestigiarle?

La pregunta, aparentemente simple, se podía contestar con un monosílabo, si o no, según uno quisiera opinar. Uno de mis amigos dijo que no y que el asunto de los trajes del Sr. Camps era una tontería comparado con lo que podía haber detrás, que no nos engañaran más.
A mí me pilló en vena y dije que no lo creía porque aunque no tenía ninguna confianza en la honradez del Sr. Camps, confiaba menos todavía en la inteligencia del Gobierno del Sr. Zapatero para montar un tinglado como aquél.
Por supuesto, ninguna de nuestras contestaciones salió en la tele.
Pero el asunto de los trajes, aunque solo se limitara a eso, a que le regalaron unas prendas de vestir, para mí es suficientemente grave para que el Sr. Camps dimitiera. Ni los políticos ni los funcionarios (ni la Casa Real, por supuesto) deberían admitir impunemente ni un café en el ejercicio de sus funciones. Todos los regalos que se les hicieran –hay veces que so pena de ser grosero no puedes declinarlo- deberían pasar al Tesoro Público.
Nos estamos acostumbrando peligrosamente a que los políticos cometan actos impropios de sus cargos y que, además, no lo encontremos mal. Ellos mismos, cuando se refieren a sus acciones se defienden con “aun no me ha acusado/imputado/procesado nadie” y alegan la presunción de inocencia como un paraguas que les ha de proteger hasta el momento en que, demostrado su delito, los conduzcan a prisión.
No es eso, señores, no es eso. Una cosa es la responsabilidad penal, a la que está sujeto cualquier hijo de vecino y en la que todos tenemos derecho a la presunción de inocencia consagrada por nuestra Constitución: Hasta que no me condenen, yo soy inocente. Y quien tiene que probar mi delito es quien me acusa; en ningún caso he de probar yo mi inocencia porque eso sería una prueba diabólica, es decir, imposible.
Y otra cosa muy diferente y mucho más estricta es la responsabilidad política. No basta que la mujer del César sea decente, ha de parecerlo. Y esto tan sencillo no lo hemos comprendido nadie, ni nuestros políticos ni nosotros. Cuando un político, el que sea, es acusado con indicios (ni siquiera pruebas, solo indicios) de que hay algo poco claro, debe poner su cargo a disposición de quien corresponda. Si luego, la investigación judicial proclama su inocencia, que se vuelva a presentar a otras elecciones porque podrá presumir de limpieza y de haber sido acusado sin fundamento. Ahora bien, no debemos confundir el que a una persona no se le condene porque resplandezca su honradez o porque no existen suficientes pruebas que lo condenen. No es igual ni se parece. En un caso es inocente, en el otro puede ser culpable pero el sistema ha de preferir la falta de condena para evitar siempre castigar a un posible inocente. En este último caso, cuando no se le condena por falta de suficientes pruebas, debería estar muerto, políticamente hablando, porque no es de fiar. Y esto que es tan fácil de entender tampoco lo hemos comprendido los ciudadanos. En este momento y desde hace ya tiempo, todos los valencianos deberían estar pidiendo a gritos que Camps dimitiera. No se oye nada. El silencio más absoluto.
Este silencio puede ser debido a dos causas: una que la gente pasa olímpicamente de la política porque no confía en el sistema. Y esto es muy grave. La otra es que no ha comprendido que la sartén por el mango la tiene el pueblo. Para eso se nos consulta, como poco, una vez cada cuatro años sobre nuestras preferencias políticas. Y esto también es muy grave.
Porque lo bien cierto es que si hoy el Sr. Camps se presentara a las elecciones no estoy seguro de que perdiera, lo que quiere decir que muchos electores están dispuestos a perdonarle “sus flaquezas” al dejarse regalar cosas estando en un cargo en el que eso puede malinterpretarse (en el mejor de los casos) y no le parece justo castigarlo por algo que no está probado (lo que excede de los trajes).
Por lo tanto, hemos de repasar las capacidades cognitivas y volitivas del cuerpo electoral. ¿Los electores españoles conocen con profundidad lo que representa una elección y tienen claras las razones por las que deben decidirse por uno u otro candidato? Porque no olvidemos que los políticos no son extraterrestres, salen del pueblo, de ese mismo pueblo que los elige. Y ese pueblo, para poder elegirlos, debe conocerlos y evaluarlos. ¿Se hace esto racionalmente? ¿O es más cómodo actuar por impulsos emocionales o por intereses de clientela? En muchos pueblos, son estos últimos los que eligen al alcalde: para que califique mi campo, para que me conceda las obras del polideportivo, porque se portó bien conmigo en la otra legislatura… En las ciudades, el porcentaje del clientelismo político es menor pero de mayor calidad.
Y aquí llegamos al dilema del huevo y la gallina. ¿Quién tiene la culpa de que los políticos sean como nos están saliendo? ¿Ellos que se comportan mal o nosotros que los elegimos nuevamente después de los escándalos? Si de verdad somos demócratas, hemos de colegir de todo lo expuesto que la culpa recae sobre nosotros, el ciudadano de a pie, que tiene lo que se merece porque lo ha elegido una mayoría cualificada.

Les habla un demócrata de derechas de toda la vida.

5 comentarios:

  1. De acuerdo en casi todo, sr. Arnau.
    Para mí, una posible explicación de porqué los valencianos no piden - yo sí lo hago - la dimisión de Camps es que, en el fondo, muchos piensan que ha hecho lo mismo que hubiera hecho yo si estuviera en su lugar. Lo mismo que ocurre en Italia con Berlusconi, por ej. No es que le rechacen, es que le envidian.
    No me extraña que canal 9 ( también conocido como la voz de su amo ) no pasaran su respuesta. ¿ Tiene alguien alguna duda de a quién sirve nuestra carísima tv ?
    Ya somos muchos los que decimos que nos dan ganas de huir de aquí. Valencia, que tradicionalmente fué de izquierdas y republicana, quién te ha visto y quién te ve... gobernados por el PP ( partido de los trabajadores marxista-leninista ).
    Salud
    Jose Luis

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  2. Gracias por su comentario. No fue el Canal 9 quien nos preguntó, sino Popular TV. Pienso que todas los medios de comunicación, privados o públicos, no son independientes pues o sirven al poder público que les paga o al interés particular del propietario. Esto no es privativo del Canal 9. ¿O es que la TV española es independiente? Para forjarse una idea que se acerque a la realidad de los hechos, hay que estar atentos a varios medios de comunicación de tendencias dispares.
    En cuanto a que lo que pasa con los valencianos es que tenemos envidia del Sr. Camps, puede ser, no le digo que no, pero eso abona mi teoría de que todos nosotros somos potencialmente políticos corruptos y, por eso, precisamente consentimos la corrupción de los que nos gobiernan. Los políticos salen de entre nosotros.
    Huya Vd. si quiere de Valencia. A mí no me molesta que cualquier autonomía sea de derechas y monárquica o republicana. Es más, no me importaría que fuera comunista incluso, si los políticos fueran honrados y capaces.
    Lo malo es que, como muchos de mis compatriotas españoles, yo tampoco tengo confianza en ningún político. ¿Se lo habrán buscado ellos?

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  3. Sr. Arnau, puede que todos los canales de comunicación no sean independientes. Pero lo de canal 9 es de nota. Dudo que haya una tv donde el nivel de manipulación alcance cotas similares, cuyo servilismo sea tan notorio.
    TVE, en especial últimamente, es muy objetiva y de una calidad pocas veces alcanzada.
    Seguramente los políticos se han buscado la desconfianza que tenemos en ellos. Pero no son todos iguales, lo que está haciendo el PP en esta nuestra Calamidad Valenciana, no lo habían hecho nunca nadie; hablo de la desastrosa situación en la enseñanza, en la sanidad ( de las peores de España ), del déficit autonómico, del nivel de corrupción alcanzado ( Gurtel, obviamente un formidable montaje de financiación ilegal ), etc. Y eso que los gobiernos del Psoe, de F. Gonzalez, no fueron precisamente un ejemplo de honestidad.
    Jose Luis.

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  4. No le puedo discutir lo de Canal 9 porque no lo veo nunca. Así que no puedo opinar.

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  5. No he podido leer lo del sr. Camps,y creáme que esa era mi intención, pero el calor me está anulando, y este comentario merece tener la mente despierta para sin pelos en la lengua expresar y manifestar lo que ese tema provoca, solo le diré que coincido con ud, en no ver núnca canal 9.
    Tengo que confesarle que con este bochorno meteorológico que tenemos, prefiero estar hablando con " alguien " que desde su terraza ve el mediterráneo.
    Pasará el calor y yo volveré a estar disponible para opinar y escribir. Mil disculpas.

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